Tratamiento de la obesidad. Estás son todas las alternativas disponibles.

En este artículo daré un repaso a todas las alternativas que podemos utilizar como tratamiento de la obesidad.

Por supuesto, lo primero que se nos viene a la cabeza cuando queremos adelgazar es el típico “dieta y ejercicio”. Esto es cierto, pero hay más… ¿Qué dieta? y ¿Qué ejercicio?… ¿Existe medicación para perder peso? ¿Y la cirugía?  Hablaré de todo esto en detalle para que veáis de una forma general pero estructurada todas las posibilidades de las que disponemos.

Cuestiones importantes antes de empezar

Antes de empezar, explicaré los requisitos que debe cumplir un tratamiento para la obesidad para considerarlo saludable y qué tipo de tratamientos debemos evitar.

Requisitos del tratamiento de la obesidad

1. El tratamiento de la obesidad debe ser “multidimensional”. Esto significa que debe tener en cuenta diferentes aspectos, sobretodo: dieta, ejercicio y ayuda para conseguir un cambio de conducta.

2. Debe poner el foco de atención en el largo plazo, es decir, en el aprendizaje. De nada sirve una dieta tipo “paréntesis”: Hábitos malos –> (dieta radical de la que me canso) –> Hábitos malos y efecto rebote.

3. Debe estar respaldado por evidencia científica que avale tanto su eficacia como su seguridad.

4. Debe estar controlado por profesionales de salud, preferiblemente por un equipo multidisciplinar.

Cuidado con las dietas y productos milagro

El tratamiento de la obesidad requiere mucho esfuerzo, pero incluso con esfuerzo, es habitual fracasar en el intento de adelgazar.  Esto da pie a buscar soluciones fáciles o a la desesperada y aquí se abre un campo de mercado para quienes están dispuestos a todo para conseguir dinero.

Huye de quienes prometan resultados excepcionales sin esfuerzo. Recuerda que “si parece demasiado bueno como para ser verdad, quizá es porque simplemente no es verdad”. 

Aquí tienes algunos consejos para ayudarte a detectar las peligrosas dietas milagro:

  • Prometen máxima eficacia, con resultados muy rápidos y sin riesgos para la salud
  • Presentan su dieta como una “gran novedad”, algo revolucionario y nuevo que “los médicos no conocen” o que “no te quieren contar”
  • Su eficacia está avalada por otras personas. “Mira lo bien que le ha funcionado a pepita”. Sin embargo no tienen estudios científicos que lo demuestren.
  • No tienen en cuenta el cambio de hábitos individualizado y a largo plazo
  • Su modo de venta recuerda más al marketing que a la salud. Descuentos, ofertas, “oportunidad única”, “cambia tu vida para siempre”,… Personalmente muchas veces me recuerdan a los vendedores de tele-tienda.

Vamos a empezar ya con las diferentes alternativas de las que disponemos para conseguir adelgazar

Mujer cocinando saludable
El tratamiento de la obesidad conlleva esfuerzo. Un consejo: ¡aprende recetas nuevas! Fuente: World Obesity Federation

Tratamiento dietético de la obesidad

Cambiar nuestra forma de comer es sin duda el arma fundamental contra la obesidad. Este cambio se puede afrontar de diferentes maneras, ya que son numerosas las dietas que han demostrado ser eficaces para adelgazar. 

El problema del tratamiento dietético es que tiene una eficacia modesta y un alto riesgo de volver a ganar el peso perdido (efecto rebote). No hace falta decir que el riesgo de “recaída” es mayor si el peso se pierde muy rápido o si la dieta no se acompaña de otros cambios como: aprender a organizarse, a planificar, a hacer una compra saludable, ejercicio, etc.

¿Qué dietas tienen evidencia científica para adelgazar?

Dentro de todo el abanico de dietas que podemos utilizar para perder peso, estas son algunas de las más reconocidas y saludables:

– Hipocalórica equilibrada: consiste en mantener una proporción equilibrada de alimentos (aunque “equilibrado” es concepto discutible que no entraremos a valorar) y reducir la cantidad. Suele utilizar  métodos para el control del tamaño de las porciones y aumento de la cantidad de verduras para aligerar los platos. Existen muchas versiones de dieta equilibrada: mediterránea, DASH, dieta de la clínica mayo, etc.

– Dieta mediterránea: El término “Dieta mediterránea” se refiere al patrón de alimentación tradicional de varios países de la cuenca del Mediterráneo a mitad del siglo XX. Algunas de sus caraterísticas principales son: incluyen aceite de oliva, frutas y verduras de temporada, poca carne y con predominio de carne blanca,  pocos lácteos, carbohidratos de calidad como legumbres o patatas y mínima cantidad de productos procesados con azúcar.

– Dieta DASH (Dietary Approaches to Stop Hypertension): “Enfoque alimentario para reducir la hipertensión”. Es una dieta que se creó inicialmente para reducir la hipertensión arterial pero que también ayuda a perder peso. Es una dieta a base de frutas, vegetales, cereales integrales, lácteos bajos en grasas y proteínas magras. Además con un bajo aporte de sal.

– Baja en grasas y calorías: La grasa es el macronutriente que más calorías aporta. Esta dieta se basa en diminuir la cantidad de grasa para conseguir una mayor reducción de calorías sin la necesidad de comer demasiada poca cantidad. Cuidado porque el concepto de que “toda la grasa es mala” está más que desbancado. Se puede conseguir una dieta saludable con alta cantidad de grasa, por ejemplo en la dieta mediterránea. Y también se puede conseguir adelgazar comiendo grasa, como en la siguiente dieta que veremos.

Baja en carbohidratos: Low Carb – High Fat (LCHF), Atkins, etc.  Estas dietas se basan en suprimir casi por completo el aporte de hidratos de carbono y sustituirlos por grasa (LCHF) o por proteínas. Las versiones más intensivas de estas dietas (menos de 20-25 g de carbohidratos al día) provocan “cetosis” (aumento de cuerpos cetónicos en sangre). La ventaja principal es que este tipo de dietas disminuyen el apetito y para algunas personas esto facilita su seguimiento. La desventaja es la gran cantidad de alimentos “prohibidos”, que en ocasiones no encaja culturalmente. Además produce algunos efectos secundarios que pueden resultar molestos como estreñimiento o síndrome gripal la primera semana.

– Vegetariana: La dieta vegetariana más famosa en la dieta “Ornish”. Existen desde las versiones que sólo prohiben carne y pescado pero incluyen huevo y leche, hsta las versiones “veganas” que no incluyen nada que provenga de los animales. Ambas son dietas perfectamente saludables, con algún pequeño riesgo de déficit que es necesario controlar. Una de las principales ventajas de estas dietas es que probablemente son las más beneficiosas para el medio ambiente por que son necesarios menos recursos para obtener los alimentos vegetales que los animales.

– Hiperproteica: El aporte de proteínas habitual oscila entre el 15 al 25% de las calorías de la dieta.Las dietas hiperproteicas incluyen un mayor aporte de proteínas. Como ventaja, el poder saciente de los alimentos proteicos y la menor pérdida de masa muscular. Como desventaja, se le atribuyen algunos de los riesgos sobre el riñón, hueso y enfermedades cardiovasculares, aunque cada vez están más en tela de juicio.

– Muy baja en calorías: Consideramos una dieta como “muy baja en calorías (VLCD o “Very low calorie diet”) las que aportan entre 200 y 800 kcal/día. En la medicina actual se reservan para cuando es necesario conseguir una pérdida de peso rápida. Solo se pueden realizar durante un tiempo limitado ya que con menos de 800 kcal/día casi imposible cubrir las necesidades diarias de todos los nutrientes.

– Ayuno intermitente: Es una dieta que está muy de moda y aunque ante se consideraba muy peligrosa, cada vez estamos detectando que puede tener sus aplicaciones. Consiste en alternar las comidas con períodos de ayuno. Estos períodos de ayuno pueden ser unas horas al día, por ejemplo durante 16h al día sin tomar nada. O también puede hacerse ayunos de algún día a la semana, por ejemplo 2 días separados en una semana.

¿Y cuál es la mejor dieta para tratar la obesidad?

Los estudios científicos hasta la fecha no han sido capaces de demostrar que exista una dieta mejor que otra. Sin embargo, todos coinciden en que la adhesión al tratamiento es la clave. Es decir, cualquier dieta que seas capaz de seguir va a resultarte eficaz para pérdida de peso.

Sobra decir que no todo el mundo tiene la misma facilidad para seguir la mismas dieta. Hay gente a la que le va muy bien la dieta mediterránea, otras personas a las que les va mejor dieta low-carb, etc. El objetivo es encontrar la dieta que te resulte agradable y por tanto que seas capaz de seguir a la larga.  

Ejercicio

Aunque no todo el mundo lo sabe, el ejercicio es mucho menos potente que la dieta para perder peso. Sin embargo, es el principal factor involucrado en el mantenimiento del peso perdido y sin duda es la clave para evitar el temido efecto rebote.

Lo realmente importante es que el ejercicio aporta grandes beneficios para la salud además de la pérdida de peso. Como suelo decir a mis pacientes: ” Con la dieta obtienes unos beneficios, pero te pierdes por completo otros tantos beneficios si no haces ejercicio”.  ¡Lo mejor es no perderse nada!

Para terminar este apartado comentaré algunos detalles importantes para utilizar el ejercicio como tratamiento de la obesidad.

  • La cantidad de ejercicio realizado es proporcional a la pérdida de peso. Así que ya sabes, cuanto más ejercicio hagas más peso perderás, sin límite. 
  • El mejor programa de ejercicio es aquel que incluye tanto ejercicio aeróbico (Ejercicio que “acelera el corazón”; por ejemplo correr, tenis, natación,…) como ejercicio de fuerza; por ejemplo pesas, ejercicios con goma elástica, o ejercicio con el propio peso del cuerpo (ahora que está tan de moda la calistenia). Ya para conseguir la perfección, habría que incluir ejercicio para potenciar la flexibilidad.
  • El ejercicio mínimo recomendado, de forma aproximada, sería: 30 minutos al día de ejercicio aeróbico realizado 5 días a la semana y asociado a 20 minutos de ejercicio de fuerza por lo menos 3 días a la semana. Pero recuerda, cuanto más ejercicio más pérdida de peso, no te quedes en el mínimo.
  • Más información acerca de cuanto y de qué tipo de ejercicio debes hacer.

Ayuda para el cambio de conducta

El tratamiento conductual tiene por objetivo ayudar a controlar la obesidad a largo plazo, sin duda, el verdadero objetivo a batir.  Dicho de otra forma, el objetivo es incorporar hábitos saludables a la rutina diaria, de manera que acaben encajando en tu vida de forma natural, sin esfuerzo. 

Como te puedes imaginar, fijar una rutina saludable es algo más allá que simplemente seguir un programa dietético durante un tiempo.  Para conseguirlo, debes aprender nuevas habilidades para enfrentarte a los problemas que te impiden perder peso. Cualquier profesional que trate la obesidad debería ser capaz de darte estas “herramientas” pero en ocasiones el único que puede es un psicólogo/a.

Herramientas útiles en el cambio de conducta

Algunas de las herramientas que utilizamos los profesionales para ayudarte en el cambio de hábitos son:

  • Fijar metas realistas para evitar frustración si no se consigue “el 10”
  • Realizar registros alimentarios para ser consciente de lo que comes realmente
  • Aprender  sobre alimentación saludable
  • Aprender a planificar el menu semanal, a hacer la compra y a cocinar nuevas recetas
  • Modificar el entorno de manera que se reduzcan los estímulos que te impulsan a comer mal.
  • Encajar la actividad física en tu rutina.
  • Buscar apoyo social
  • Aprender técnicas de “problem-solving” o “solución de problemas. Por ejemplo, a saber enfrentarse a una comida de ocio de la mejor manera posible.
  • Ayuda psicológica cuando es necesario. Lo comentaré brevemente en el siguiente punto

Tratamiento psicológico

En el tratamiento de la obesidad, un psicólogo/a siempre ayuda. Sin embargo detallaré algunas situaciones en las que el tratamiento psicológico estaría especialmente recomendado:

1. En todos los casos en que se sospeche un trastorno del comportamiento alimentario: bulimia, trastorno por atracones, etc.

2. En el caso de que exista algún trastornos psiquiátricos asociado: ansiedad generalizada, depresión, etc.

3. Para tratar problemas psicológicos relacionados con la obesidad: baja autoestima, impulsividad,…

4.  Para ayudar a enfrentarse a las emociones negativas que pueden aparecer durante el proceso de adelgazamiento: frustración, tristeza,…

Tratamiento farmacológico

Disponemos de varios fármacos eficaces como tratamiento de la obesidad, aunque no es un tratamiento apto para todo el mundo. Los principales problemas que plantean son su alto precio, sus efectos secundarios y su modesta eficacia a largo plazo. A continuación resolveré algunas preguntas sobre estos fármacos:

¿En qué pacientes se recomienda el uso de fármacos como tratamiento de la obesidad?

El tratamiento se reserva para pacientes con un índice masa corporal mayor de 30 Kg/m2 o para aquellos que lo tienen mayor de 27 kg/m2 pero con complicaciones derivadas de la obesidad.

¿Cuáles son los fármacos disponibles?

Aunque en Estados unidos existen otros, los fármacos aprobados en España para la pérdida de peso son 3: Saxenda®, Mysimba® y orlistat. Comentaré brevemente algunos detalles.

  • Saxenda®: Es una fármaco utilizamos desde hace años para tratar la Diabetes mellitus tipo 2. Se trata de una hormona sintética (análogo de GLP-1) similar a una hormona natural que fabrica el propio intestino en respuesta a la comida. Actúa disminuyendo el apetito. Se administra en forma de inyección subcutánea diaria. Prospecto Saxenda®
  • Mysimba®: Es una combinación de dos fármacos que actúan en el sistema nervioso central. Igual que el anterior, actúa inhibiendo el apetito y aumentando la sensación de saciedad. Se administra en forma de pastilla oral 2 veces al día. Prospecto Mysimba®
  • Orlistat: Era el único fármaco disponible hasta hace poco, aunque se utilizaba poco por su escasa eficacia y efectos secundarios.  Se toma vía oral y actúa evitando que se absorban las grasas ingeridas. Prospecto Orlistat

¿Cuánto peso se puede perder con estos fármacos?

Las reducciones de peso máximas que logran Saxenda® y Mysimba® son de en torno al 8%. Es decir, si pesas 80 kg, como mucho podrías perder unos 6,5 kg. El orlistat es menos potente.

Me gustaría destacar, que estos fármacos son solo un pequeño complemento, ya que no consiguen grandes pérdidas de peso ni consiguen mantener el peso perdido a largo plazo sin un cambio de hábitos relevante. Es decir, la piedra angular del tratamiento incluso aunque te trates con fármacos sigue siendo el cambio de hábitos.

Cirugía bariátrica

La cirugía bariátrica es la cirugía que que se utiliza para tratar la obesidad mórbida y que tiene por objetivo conseguir una pérdida importante de peso y mantenerlo a largo plazo. Hasta la fecha, es el tratamiento más eficaz para controlar la obesidad, aunque no hace falta decir que también es el tratamiento más agresivo.

Cabe destacar que su eficacia a largo plazo depende por completo de que se consigan y se mantengan unos hábitos de  vida saludables.

¿En qué pacientes está recomendada la cirugía como tratamiento de la obesidad?

El tratamiento con cirugía se reserva para pacientes con un índice masa corporal mayor de 40 kg/m2 o en aquellos que lo tienen mayor de 35kg/m2 pero con complicaciones asociadas.

Principales cirugías utilizadas

Existen diferentes técnicas quirúrgicas, cada una con sus pros y sus contras. La elección del tipo de cirugía depende de cada caso y debe tomarse tras una valoración médica rigurosa. Las principales cirugías que se realizan hoy en día son el bypass gástrico y la gastrectomía en manga.

  • By-pass gástrico: Es la cirugía que más se practica a nivel mundial por su buen balance entre riesgos y beneficios. Es una técnica que aprovecha 2 mecanismos para conseguir perder peso:  Por un lado disminuye el tamaño del estómago. Este se corta y se crea un pequeño “saco” de menos capacidad. Por otro lado, provoca malabsorción de nutrientes al crear un “salto o “by-pass” de un tramo de intestino. Lo que sucede es que los jugos gástricos van por un lado y la comida por otro, se mezclan tarde y se consigue una digestión menos eficiente.
  • Gastrectomía en manga o tubular: Esta cirugía consiste simplemente en cortar el estómago de tal forma que queda en forma de tubo. Empezó a practicarse como primer paso de otras cirugías más  agresivas, para conseguir una pérdida de peso inicial que facilitara la segunda intervención. Sin embargo, dados sus buenos resultados han conseguido que actualmente sea una de las cirugías más utilizadas. El balance riesgo beneficio también es muy favorable, siendo algo menos potente que el by-pass gástrico pero con menos complicaciones nutricionales a largo plazo.

Tratamientos no recomendados por falta de eficacia

He dudado sobre si debía hablar de estos tratamientos, pero finalmente he decidido hacerlo para que no quede ninguna duda de que son tratamientos con nula eficacia para adelgazar. ¡Cuidado que no te tomen el pelo!

Liposucción

La liposucción consiste en extraer grasas subcutánea por aspiración. Los estudios nos dicen que aunque se reduzca el perímetro abdominal y la cantidad corporal de grasa, esto no tiene beneficios para la salud. A nivel metabólico no mejora la insulinresistencia ni otros factores de riesgo cardiovascular y sigue siendo necesario el tratamiento mediante dieta y ejercicio.

Por tanto, la liposucción no puede considerarse un verdadero tratamiento para la obesidad sino simplemente un tratamiento estético.

Acupuntura

Es cierto que existe algún pequeño estudio que demuestra ligeros beneficios de la acupuntura para perder peso. Sin embargo, cabe destacar que se trata de estudios mala calidad y por tanto no podemos afirmar que realmente funcione.

Mesoterapia

La mesoterapia consiste en inyecciones de líquido con vitaminas u otros compuestos en determinados zonas subcutáneas. No tiene ninguna evidencia que apoye su eficacia. Es más, según el contenido del inyectable puede llegar a ser incluso peligroso.

Suplementos nutricionales

Los ejemplos de suplementos dietéticos más utilizados incluyen: té verde, cromo, Chitosan y goma guar. De nuevo, la eficacia es más que dudosa y por tanto no los recomiendo. Pero sobretodo, lo más importante es que desconocemos los riesgos derivados de su uso. En ocasiones pensamos que por el hecho de ser natural, ya es bueno, sin embargo nos olvidamos de que todos estos compuestos no se someten a los exhaustivos controles que sí se hacen con los fármacos y tratamientos médicos habituales. Ya tenemos antecedentes de suplementos nutricionales como la “Ephedra distachya” (Ma huang) que se han tenido que retirar del mercado por provocar problemas graves de salud.

Hierbas y tés con efecto diurético

El problema de cualquier compuesto con efecto diurético es que no ataca al foco del problema, la grasa. Te recuerdo que el cuerpo es aproximadamente un 50-60% agua y que por tanto, la mayoría de nuestro peso proviene del agua. Si fuerzas la orina, está claro que perderás un par de quilos de agua (esto quiere decir que te deshidratarás), pero los recuperarás al beber de nuevo.

Existen riesgos potencialmente graves como deshidratación o bajada de potasio que puede incluso provocar una arritmia cardiaca letal.

Fármacos diuréticos

Sucede lo mismo que con los tés diuréticos, solo sirven para perder agua pero no como tratamiento de la obesidad con el objetivo de obtener salud. Además tienen el mismo perfil de riesgo pudiendo resultar en graves consecuencias.

Quemagrasas

Esto es directamente un timo. Cuidado porque se han detectado algunos compuestos quemagrasas ilegales que contienen anfetaminas. Obviamente ayudan a perder peso acelerando el metabolismo, pero con riesgos muy serios para tu salud.

Y después de esto, ¿cuál es el mejor tratamiento para la obesidad?

Si has leído el artículo, ya sabrás que no existe un tratamiento mejor, sino que todos son complementarios. Aquí tienes unos consejos a modo de resumen

  • El tratamiento siempre pasa por tres pilares: la dieta, el ejercicio físico y el cambio de hábitos, con el foco en el largo plazo. 
  • Existen muchas dietas disponibles, debes encontrar la dieta que se adapte a ti de entre las saludables.
  • El ejercicio es imprescindible para mantener el peso perdido y cuanto más mejor. Además es importante  no solo por el peso, sino por sus múltiples beneficios para la salud.
  • El cambio de hábitos es la clave. Sin cambios en tu rutina el éxito a largo plazo es imposible. 
  • En algunos casos de obesidad grave, o como complemento, se puede utilizar fármacos. Caros y de eficacia modesta.
  • Solo para aquellos casos realmente complicados se recomendaría la cirugía bariátrica.

Por último, cuidado con los remedios que buscáis para la obesidad. La pérdida de peso es un servicio tan solicitado que tiene un marketing brutal y se venden tratamientos de todo tipo. Cuidado con lo que aceptáis porque si estas buscando un milagro, seguro que alguien estará dispuesto a vendértelo, y lo peor de todo, es que te lo venderá sin importarle tu salud.

Referencias

Dansinger ML, Gleason JA, Griffith JL, Selker HP, Schaefer EJ. Comparison of the Atkins, Ornish, Weight Watchers, and Zone diets for weight loss and heart disease risk reduction: a randomized trial. JAMA. 2005 Jan 5;293(1):43-53.

Manual de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). ISBN 978–84–606–8570–8

Uptodate: Obesity in adults: Dietary therapy. This topic last updated: Sep 10, 2018.

Uptodate: Obesity in adults: Overview of management. This topic last updated: Oct 09, 2018.

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